Trama 110

ElarquitectoJosepQuetglas,polémicomaestroenlaEscueladeArquitectura de Barcelona, suele recomendar a sus alumnos “En esta Escuela los mejores profesores están siempre a tu disposición. ¿Dónde? En la biblioteca. Cada día, al llegar a la escuela, decídete: ‘¿Con quién voy hoy a clase, con Aalto, con el de Urbanismo o el de Proyectos?’ Escoge. Deserta de las aulas. Ve a la biblioteca. Ellos te esperan”. 

Cuando hacemos la revista traemos a los maestros para que propicien reflexiones, a los jóvenes arquitectos para que nos sorprendan, a la realidad a nuestras páginas para que la critiquemos. Tratamos de enriquecer nuestra memoria dejando testimonio de lo que ya es historia y más aún de lo que algún día podría ser historia. Hacer la revista constituye un elogio a la dialéctica que trasforma la nada en el todo y el todo en la nada y a su vez en un nuevo todo. 

Este número está dedicado a espacios para educar, porque pensamos que se necesita que la arquitectura se manifieste desde una forma de pensamiento pedagógico al tiempo que la pedagogía tenga en cuenta la experiencia del espacio arquitectónico, sabiendo que en general el espacio no es considerado como parte del currículum en la organización escolar. 

Sin embargo, el espacio está, es materialidad que se manifiesta con su propio lenguaje y, por lo tanto, está constantemente emitiendo un mensaje a quien lo ocupa. Por esto nos queremos alejar de esa realidad, la quepermitequeseenseñedentrode‘elespacio’yno ‘con elespacio’.La arquitectura es y debe ser pensada mucho más que como un continente de la educación. 

Visitandolosespaciosyloslugaresconstruidosporunasociedad conocemos su cultura. Es cierto, la arquitectura es un retrato de una sociedad en un momento determinado. Por ello desde este número pondremos especial cuidado en publicar siempre arquitectura que nos invite a pensar en nuestro planeta, inteligencia incorporada al diseño, que sirva como estímulo para que la nueva producción arquitectónica de nuestras ciudades incorpore cada día más conceptos sustentables y sostenibles, por el bien común.